sábado

Eye-Liner, la asignatura pendiente

Siempre ofertado en los planes de estudio, es a la vez la asignatura más matriculada y  más suspendida. 


Existen muchos estilos de eyeliner: más grueso, más fino, doble, recto, curvado, increchendo, decrechendo … Puedes trazarlo de 2 maneras: ojo abierto, ojo cerrado.

Con el ojo cerrado es cuestión de comenzar en el lagrimal, o donde comienzan las pestañas (si tus ojos son más bien “juntos”), y seguir toda la línea de pestañas hasta el final, y después alargarlo al gusto. Verás que al abrir el ojo la línea queda curva.

Con el ojo abierto conseguirás que la línea quede recta. Se comienza al inverso, es decir, por el final. Marcas primero el rabillo. Hasta donde quieres que llegue. Dicha línea del rabillo debe ir alineada (imaginariamente) con la línea inferior de pestañas (debe parecer la prolongación de ésta). Después unes el rabillo con la línea superior de pestañas, y maquillas ésta hasta el lagrimal o justo antes. Verás que con el ojo cerrado dicha línea queda también recta, pero con dos inclinaciones diferentes.

Puedes comenzar con la línea fina, engrosas por el centro y después vuelves a afinar por el final. Otra opción es toda la línea con el mismo grosor, o bien de menos a más.


Si echas un vistazo a las fotografías de los backstages verás muchos estilos distintos. Algunos son aplicables a la vida real, otros son sólo para la pasarela, la revista de tendencias, el catálogo … No intentes hacerte todo lo que ves porque todo tiene su lugar.

A mí particularmente me gusta con una sombra clara, mate o satinada, y con la banana levemente marcada (sin pasarte). El eyeliner siempre reclama una longitud de pestañas kilométricas, una buena curvatura y suficiente volumen.

Un complemento ideal es un labio rojo. Yo lo maquillo con acabado mate y un poco rosado.








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